martes, 10 de enero de 2017

EL TIRANO



Ha, no demasiado tiempo
paseó por una aldea,
no perteneciente a su reino,
un rey con la firme idea
de no dejar para luego
la ocupación de esas tierras.

“Gentes salvajes la habitan.
No tienen educación.
He visto que cogen flores,
¡las ponen en un jarrón!”.
“¡Cantando malgastan su vida!.
¡No saben que es el trabajo!”.
Gritando, escaleras arriba,
iba el rey pegando saltos.

Cuando acabó la contienda,
con leyes de ordeno y mando,
anuló todas las fiestas
y ondeando al viento su trapo,
prohibioles hablar su lengua
y ordenó, que a él en la calle,
han de hacerle reverencia
con una sonrisa agradable.

Por fin su lecho de muerte.
“¡Expoliador y tirano!”,
ya lo escriben con su letra
tras sufrir cuarenta años.

Hoy hacen fiesta en la aldea,
ornan con flores sus jarros,
se reúnen en la mesa,
con besos, risas y abrazos
recibiendo así otras cosas,
que no son los puñetazos,
de cuando a la calle se echaban
a reclamar su salario.


BY: AGATÓN MARTÍNEZ

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