Siento el llegar de tus pasos,
tras no se cuan larga espera,
ha llegado ya el momento
de inquietar la calma muerta
al tomarme por asiento,
al permitirme gozar
de compaña por un tiempo.
Al sentarte en mi regazo
compartimos el silencio,
me acaricias con tu mano,
te reconfortas por dentro
mientras, me haces un esclavo
encadenado a ese pelo
que los dedos van rozando.
A pesar de mi dureza,
cuando tu te acercas tiemblo
y aunque la lluvia o el frío
y algunas veces el viento
me limen las asperezas,
todo lo que yo deseo
es, que te pares conmigo
y me desgasten tus dedos.
Tu cálida compañía,
en este camino yermo,
dejaré de disfrutar
cuando, al llegar un invierno,
con cuña, pico o barreno
me rompa el picapedrero,
abandonando esta vía
para malo, o para bueno.
-Antonio Segura-
No hay comentarios:
Publicar un comentario